
Atacar a los estudiantes, una meta principal del gobierno de Alejandro Giammattei.
Por: Héctor Archila / Festivales Solidarios.
En este país cada día que amanece, regresamos a los años ochenta y los noventa. Viajamos al pasado constantemente, no para conocer la historia sino para vivirla nuevamente en carne y hueso. Si eres estudiante universitario, perteneces a los movimientos sociales o actúas a favor de tu comunidad, no dudes que el gobierno de Alejandro Giammattei desplazara la fuerza para violentar a quienes toman las calles dignamente.
Los movimientos sociales no pueden ser ajenos a la ideología y organización. El movimiento estudiantil, responde a sus propias necesidades y su naturaleza social lo que lo lleva a ser el centro del huracán en cuanto a movilizaciones en calles. Los movimientos sociales y estudiantil se enfrentan a la autoridad, es decir, tienen una contrapartida, un adversario, al menos en la lógica estatal, ser una fuerza social determinada por el conflicto de que se trate y esto te hace estar en el foco de agresión y violencia.
En búsqueda de que quede sin efecto el proceso de elección de rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), docentes y estudiantes representantes de facultades universitarias, se han unido al rechazo y emprendiendo asambleas permanentes, acciones legales y de hecho, como la toma del Centro Universitario Metropolitano (CUM) para desconocer a Walter Mazariegos. Las facultades de Agronomía, Arquitectura, Química y Farmacia y la Escuela de Historia, han manifestado su desacuerdo con la elección
A un mes de las elecciones fraudulentas del 14 del mayo en la USAC, se vive un escenario constante de represión contra las facultades, escuelas, docentes y estudiantes que se van en contra del #FraudeUsac, donde se han llevado varias jornadas de organización de manifestación para demostrar el repudio hacia Walter Mazariegos.
Ayer, 21 junio de 2022 en la elección de magistrado titular de la Corte de Constitucionalidad (CC) en representación de la Universidad de San Carlos de Guatemala se concretaba en el salón de un centro de convenciones muy reconocido en la calzada Roosevelt, a las afueras la Policía Nacional Civil (PNC) los estudiantes universitarios buscaban impedir que el Consejo Superior Universitario (CSU) eligiera de forma fraudulente al magistrado titular a la Corte de Constitucionalidad; Héctor Hugo Pérez Aguilera, quien electo con 27 votos. Recordemos que Pérez Aguilera votó a favor de retrotraer la sentencia por Genocidio en contra de Efraín Ríos Montt.



Un poco de historia
Esto nos hace recordar el 21 de junio de 1944, los estudiantes universitarios desafiaron y emplazaron al gobierno para que en 24 horas aceptara el ideario que los estudiantes de El Derecho habían elaborado para la Facultad. Dicho ideario proponía la remoción de los cargos universitarios ejercidos por burócratas oficialistas que no eran capaces ni honrados, así como que la Universidad se abstuviera de compromisos con hombres o partidos políticos, pidiendo libertad de expresión del pensamiento y respeto a la autonomía universitaria decretada con la revolución de 1944. Ubico respondió suspendiendo garantías constitucionales en todo el país y persiguiendo a los dirigentes estudiantiles que se vieron obligados a refugiarse en la Embajada de México. Esto provocó el respaldo popular ante la demanda estudiantil, dándole un carácter político a la lucha.
Se vuelve a repetir la historia, volvemos a las calles, las y los estudiantes universitarios a exigir la autonomía de la única universidad publica del país y de una educación digna y libre de la corrupción.
Estas jornadas de manifestación pacífica y de organización estudiantil, ya han dejado a más de 30 estudiantes San Carlistas con procesos penales. Demostrando nuevamente que no solo la PNC, el Ministerio Público y el Gobierno de Guatemala sigue atacando a la población, intimidando con violencia física, sino también de manera jurídica, abusando del poder y atacando todos los derechos humanos de quienes manifiestan el descontento por este país que se derrumba.